jueves, 31 de diciembre de 2009

Un puente para pirarme

Cómo suenan los zumbidos de mi insoportable cabeza que me ata al cuerpo. Cómo me jode cada vez que quiero perderla, basta con cerrar los ojos e irme al centro, a la espera de la paralelidad. Al sueño incitante, a la pesadilla que me azota, a lo que no palpo ni siento por pura frialdad.Mutilado, sosiego, ausencia,pausa.
Pero vuelvo a recordad la cabeza que me ata al alma, y pienso en un músculo que trabaja con placer, y que me ejercita a la memoria, y viajo por esas imagenes, del verano pasado, del café quemado, de la guitarra reposando sobre su figura y entra la brisa por la ventana me cuenta sus cuentos,me encanto con su canto, y de pronto solo soy mi voz y una especie de síndrome desnudo, que ya no piensa en que tan mal es el mundo, ni que tan mal fue recordar, ni que mi cabeza es despereza.Entonces ya no importa si la guitarra grita amor o venganza, ni que los recuerdos son fotografías en cepia, ni mucho menos que estoy solo.Hoy soy ya lo que siempre fui, y no quiero mas que mi descanso y mis andares,hoy soy esa paz y ese música que me azota a este cuerpo, a esta carne, a mi metamorfosis.

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