Aquella sombra que se cuelga
sobre una huella seca,
recuerda lo añejo
de una partida.
 
Las vetas de la madera,
sobre la antigua mesa,
dan a luz al árbol
que fue.
 
 Aquel viento
que hiela los huesos,
guarda el tiritar
del poco reparo.
 
Y estas manos 
que están llenas de coplas,
revuelven las palabras
que quedaron en el vacío.
 
Que poco queda en el exilio
antes de llegar al regreso.
 
 
 
2 comentarios:
leerte es un renacer de esperma fértil en el doloso desencuentro que tengo con el mundo literario;
sabés que soy un criticón, que he leído mucho y, suele pasarnos a los lectores, ya nadie parece poder llegar a deleitarnos los poros nuevamente...
que orgullo!
PD. si no editás por tu cuenta, me comploto con las chicas y te editamos de prepo!!
jajajajajjaja ya lo voy a hacer tiempo tiempo!cuesta muchoooo
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