martes, 24 de enero de 2012

Aquella sombra que se cuelga
sobre una huella seca,
recuerda lo añejo
de una partida.

Las vetas de la madera,
sobre la antigua mesa,
dan a luz al árbol
que fue.

Aquel viento
que hiela los huesos,
guarda el tiritar
del poco reparo.

Y estas manos
que están llenas de coplas,
revuelven las palabras
que quedaron en el vacío.

Que poco queda en el exilio
antes de llegar al regreso.

2 comentarios:

anarko-zen dijo...

leerte es un renacer de esperma fértil en el doloso desencuentro que tengo con el mundo literario;
sabés que soy un criticón, que he leído mucho y, suele pasarnos a los lectores, ya nadie parece poder llegar a deleitarnos los poros nuevamente...
que orgullo!

PD. si no editás por tu cuenta, me comploto con las chicas y te editamos de prepo!!

Bela dijo...

jajajajajjaja ya lo voy a hacer tiempo tiempo!cuesta muchoooo