jueves, 13 de noviembre de 2008

La lluvia

Me miraba horripilante, me devolvía una imagen atroz, despilfarrada .Formaba mi cara con barro y la exageraba, y también me mostraba mi fatiga y mi cansancio, mis deshoras y mis presagios.
Lloraba de rabia, de bronca, pero si quería golpearlo no podía me hundía en su espesor o se convertía en mayor o se multiplicaba como mariposa primaveral. Mientras yo me mojaba, me inundaba, el reflejo me mostraba un paisaje lejano, de cielos inexplorados, de desaventuras no vividas al azar como casi toda mi vida frenética...entonces yo ahí me enojaba mucho y gritaba y ya no quería pertenecer a esta piel, a este cuerpo vacío , hueco; mientras se me salía de los codos y de los brazos y caderas un olor inmundo, putrefacto y yo me derretía en el barro, en la espera, y la mirada dibujaba una sonrisa placentera de aquel charco miserable.

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