
En lo alto de la duda lunar, de los cosmos enigmáticos, de las estrellas madres, de los soles radiales, de la música que suena, hay una mujer que canta penas, y que dice con el cuerpo. Movimientos vivos la acompañan y le susurran los compases vivarachos, los tiempos de pausa, los matices letárgicos. Vive allá, en donde la mirada de los despistados no llega, donde el suave calor es un hueco hondo y la alegría es cosa de todos los días, días festivos, día de pan, de augurio...Suave allá, la muchacha de leves dedos, de piernas largas, de rostro mojado y mirada mística se despliega por sus caderas; y de pronto no se distingue entre la partícula que flota en el aire y su figura que se quiebra y se arma en varias capas de pollera, en enaguas vivientes.
La bailarina de los cosmos, que vive a años luz de la tierra, es todas las mujeres juntas, las de acá y las de allá; las abuelas, las madres, las hijas y las nietas. Es esta bailarina una acróbata de esos suburbios galácticos, que nos resume a toda la dulzura femenina.
1 comentario:
precioso!
ju
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