sábado, 6 de diciembre de 2008

La vibrante fantasía

Mas que el recuerdo, era tortura y me daba escalofríos pensar que al noveno día de mi felicidad el partiría con sus valijas, y sus porquerías de trabajo, horarios y deshoras. Penaba silenciosa, y me fatigaba la idea de no poder decirle nada, que me ignore, que su beso solo sea una leve brisa, y su abrazo una sombra. Cocinaba, limpiaba, bailaba sola, sonora. Tomaba ya de mas, y me gustaba pasar largas horas tirada boca arriba semidormida, semi despierta y espiando el tren que pasaba por arriba, y ver efímeras caras y sonreírles...y creer que eran mías esas caras y saludarlas. La noche era un leve castigo, sola, desolada, esperaba los momentos y los pájaros para que llegues, calmo y con ganas de hacerme el amor...Pero eso era un sueño, un corto sueño dulce. Esta noche y las demás estaría sola yo...con un espejo en frente, desnuda de poemas....y arriba de la mesa un montón de papeles con historias que reviven nocturnas y me hacen creer que despierto a oscuras, que tengo un esposo y mil amores.

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